En varias ocasiones el director y amigo Oscar Parra me planteó algo de vital importancia con la película cómica “Abrázame”. Y es que como me dijo: “música para hacer llorar o dar miedo hay muchas ,pero ¿ donde esta la música para hacer reir a la gente?”.
Por esto mismo siempre creí que componer una música de terror podría ser un arma de doble filo ya que podría resultar relativamente sencillo crear disonancias y ambientes oscuros pero que esto justamente te planteaba el gran reto de no caer en la evidencia de que sonara a“ lo de siempre”.
Cuando se me planteo hacer la música de la película lo primero que se me vino a la cabeza fue la gran responsabilidad que supone hacer algo así con un genero como es el de terror ,donde todo lo que creas cogerá una especial importancia para el espectador ,como crear ambientes realmente inquietantes ,y luego por supuesto como dar vida y personalidad a la película.
Los días previos a empezar a componer “El expediente Belchite” Oscar Parra me puso tal vez como influencia el gran clásico “al final de la escalera” ,y casi a la par empecé a documentarme con lo realmente ocurrido en el pueblo zaragozano en la guerra civil.
Algo realmente terrible y triste..Un lugar donde hoy en día se puede sentir el sufrimiento y dolor de toda aquella gente ,e incluso según afirman muchos, resulta incomodo estar en aquel lugar. El mismo equipo de rodaje sufrieron sus propias experiencias según me contó Oscar en alguna ocasión. Todo esto me llevó a buscar fenómenos paranormales de Belchite en internet donde lo que mas predominaba eran la famosas psicofonías que incluso Iker Jimenez en el conocido Cuarto Milenio ha hablado en varios programas.
Así pues ya tenía alguna que otra herramienta para empezar a hacer algo coherente con la película: Voces y susurros, soledad y silencios absoluto, lugar y ambiente inquietante….y todo con tal vez un cierto toque de tristeza. Ingredientes que al hacer las primeras ideas no me cuadraban mucho con la principal influencia que me sugirió Oscar, así que decidí sacar mi propia conclusión y mandarle mis primeros bocetos.
Su gran aceptación y su absoluta confianza en todas mis pequeñas y grandes locuras han sido sin duda el gran motor de poder trabajar no solo creyendo en lo que iba haciendo, sino en ir metiéndome cada día mas en aquel lugar tan misterioso y a la vez tan mágico desde mi pequeño taller de ideas .
En consecuencia debo añadir y tal vez como una anécdota personal que no solo terminé realizando prácticamente toda la banda sonora de noche y casi en absoluta oscuridad, sino que llegué a sugestionarme de tal modo que aseguraba oir voces ,susurros en la habitación y una inquietante sensación de ser tocado y observado por alguien que obviamente no existía
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